La Lección Financiera más Difícil de Aprender

Cuando intentamos mejorar nuestra relación con el dinero, aprendemos varias lecciones financieras, por ejemplo:

  • Debemos gastar menos de lo que ganamos
  • Debemos usar nuestras tarjetas de crédito correctamente
  • Debemos empezar a invertir cuanto antes

Pero una lección financiera tremendamente difícil de aprender, una lección que honestamente se me ha escapado a mí, que se le ha escapado a muchos, es lograr que la meta deje de moverse. Hablemos de esto.


La lección financiera

Tenemos entonces esta lección financiera bastante difícil de aprender: Hacer que la meta deje de moverse. Para ejemplificarla, déjame contarte la historia de Juan y Margarita.

Juan y Margarita eran una pareja de casados, en sus 50´s, tenían 4 hijos (5 en realidad, debido a que uno de ellos murió. Aunque esto no es realmente relevante para la historia) los cuales ya eran independientes y no vivían con sus padres.

Juan y margarita, además, tenían buena salud y tenían suficiente dinero para retirarse, por lo que Margarita le pedía a su esposo constantemente que ya dejara de trabajar; ella quería viajar. Sin embargo, Juan le decía que podrían llegar a necesitar más dinero del que ya tenían, a lo que Margarita respondía que, si ese fuera el caso, podían vender su enorme —y casi vacía— casa.

Juan no hacía caso, y esto continuó así durante más de 15 años. Claro, llegó un punto donde el también ya quería retirarse y le gustaba la idea de viajar con Margarita. ¡Al fin decidió que se iba a retirar!… dentro de un año.

Margarita se emocionó, al fin y al cabo, después de 15 años insistiendo, por fin Juan de iba a retirar, así que empezó a hacer planes, programar viajes… los cuales nunca se realizarían.

Solamente 4 meses después —8 meses antes de la fecha de retiro de Juan— Margarita se enfermó, Margarita estaba muriendo.

Margarita murió 3 meses antes de que llegara esa fecha en la que Juan se retiraría.

Claro, Juan se retiró, de hecho lo hizo meses antes para poder cuidar a su esposa. Pero su vida ha estado llena de culpa desde ese momento

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¿Qué significa esto?

¿Significa que debemos dejar de pedirnos más? ¿Significa que debemos dejar de probar nuestros límites? ¿Qué al menos hay una edad a partir de la cual debemos de parar?

No, absolutamente no. Probar nuestros límites y pedirnos cada vez más es lo que nos permite crecer; como personas e incluso como raza humana.

A lo que se refiere esta lección financiera —como explica Morgan Housel en su libro La Psicología del Dinero (o más bien: “Cómo Piensan los Ricos”)—, es que las expectativas dejen de crecer con los resultados. De lo contrario no tiene lógica seguir aspirando a más porque nos sentiremos igual —o peor— después de hacer el esfuerzo. Es peligroso cuando ese deseo de más dinero, más poder, más prestigio; incrementa la ambición más rápido que la satisfacción.

Avanzamos un paso pero la meta se adelanta dos pasos más.

No aprender esta lección financiera ocasiona una de dos cosas:

  • Como la meta se sigue moviendo —hasta parece que se va alejando— y nos sentimos igual o peor tras esforzarnos, llega un momento en que dejamos de hacerlo. Dejamos de esforzarnos, ¿para qué? La felicidad nunca llega, la meta siempre se aleja. Y dejamos de crecer.

  • O, como sentimos que la meta se aleja, creemos que la única forma de alcanzarla es aumentando nuestros niveles de riesgo. Arriesgamos más nuestro dinero, arriesgamos nuestra reputación, nuestra independencia, nuestra libertad, nuestros amigos, nuestra felicidad.

A esto es a lo que me refiero con la importancia de aprender esta lección financiera.

En serio, si no han leído “Cómo Piensan los Ricos” de Morgan Housel, se los recomiendo por enésima vez. El capítulo 3 habla justo de este tema, y comparte algunas otras historias interesantes.

Cómo aprenderla

Ahora, habiendo leído hasta este punto el artículo y habiendo leído el libro que te recomendé, uno puede —racionalmente— entender que no debemos permitir que la meta se siga moviendo. Pero eso no es suficiente.

Mencionaba al inicio del artículo que esta lección financiera se me ha escapado a mí. Por muchos años esa meta siguió moviéndose, a veces más rápido de lo que yo avanzaba.

Para no hacer esto tremendamente personal, enfoquémonos simplemente en la forma de aprender esta lección, más allá de solo saber que existe.

Y una forma de aprenderla es manteniendo en mente una idea que he compartido en el pasado, y la cual yo mismo me repito constantemente: “vivir minimizando los arrepentimientos”.

Muchas veces nos arrepentimos de las cosas que no hicimos. Nos damos cuenta —demasiado tarde— de que cualquier excusa que nos hayamos puesto era insignificante. Por ejemplo, las excusas que se puso Juan para no retirarse durante años; y que cuando Margarita murió, se dio cuenta que eran patrañas.

La triste realidad es que estos arrepentimientos se muestran solo con el beneficio de la retrospectiva. La retrospectiva es cruel porque, en realidad, en el momento presente estamos ciegos.

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Cura tu ceguera

Sí, hay una forma en la que podríamos intentar curar nuestra ceguera, —y de nuevo, es algo que comparte Morgan Housel en su libro—, y es que podemos simplemente pensar en: alejarnos de los extremos.

Verás, los humanos somos muy buenos adaptándonos a prácticamente cualquier situación. El fenómeno se llama adaptación hedónica y se refiere a que —si no hay una enfermedad de por medio, como la depresión— no importa la situación que estemos viviendo, nuestros niveles de satisfacción y felicidad se van a nivelar.

Teniendo en cuenta esta adaptación hedónica, imagina:

En un extremo está una vida de hippie en la que no tienes posesiones y llevas una vida simple. Y en este caso, tu felicidad estará nivelada al mismo punto que si llevaras una vida de opulencias, una vida en la que pudieras comprar todo lo que quisieras.

Estos dos son extremos, pero en las dos situaciones podrías tener arrepentimientos; en el primer caso, quizás te arrepientas de no haber ahorrado nada durante tu vida y que no te puedas retirar. Del otro extremo, quizás te arrepientas de haber dedicado tu vida solamente a juntar billetes.

Entonces, alejarnos de los extremos y balancear las cosas es algo que podríamos utilizar para minimizar nuestros arrepentimientos

¿De qué te arrepentirás en tu lecho de muerte?

Es difícil hablar del tema, pero piensa: en tu lecho de muerte ¿de qué es de lo que te podrías arrepentir?

Para ayudarte con esto, el libro “De qué te arrepentirás antes de morir”  es fenomenal, de hecho la historia de Juan y Margarita la cuenta la autora en este libro.

En este libro, Bronnie Ware comparte los 5 arrepentimientos más comunes que las personas a las que cuidaba en su lecho de muerte le compartían:

  • Desearía haber tenido el coraje de haber vivido como yo quería, no como otros esperaban que lo hiciera.
  • Me gustaría no haber trabajado tan duro
  • Desearía haber tenido el coraje de expresar mis sentimientos
  • Me gustaría haber mantenido el contacto con mis amigos
  • Desearía haberme permitido ser feliz

Intentar minimizar nuestros arrepentimientos, alejándonos de los extremos, es lo que nos puede ayudar a aprender esta lección financiera tan importante. Y sí, quizás este artículo es más filosófico, poco práctico, pero espero que —junto con los libros recomendados— te haga reflexionar y te ayuden a complementar las lecciones financieras básicas como: gastar menos de lo que ganamos, empezar a invertir cuanto antes, utilizar de forma correcta nuestras tarjetas de crédito, etc.

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