Si tus finanzas no son tan buenas como quisieras o quizás no has podido alcanzar algunas de las metas que te propones; como juntar cierta cantidad de dinero o crear tu plan de inversiones… déjame mostrarte en este artículo las razones que te están deteniendo, y claro, cómo solucionarlo.
1. No tienes metas bien definidas
Suena muy obvio, pero no puedes cumplir una meta financiera que no tienes bien establecida desde el inicio. Y no, “ahorrar más dinero” o “juntar $10,000” no son metas suficientemente detalladas como para ayudarte a cumplirlas.
Ese es el primer paso que debes hacer.
Hay un método llamado “S.M.A.R.T” por sus siglas en inglés, que te puede servir mucho a la hora de establecer metas. Las 5 partes de este sistema para elaborar buenas metas son:
Específicas:
Por ejemplo, “juntar el dinero suficiente para comprar un Mazda 2”.
Eso es bastante específico, te permite saber la razón detrás de una meta y, teniendo la razón clara, te da cierta inspiración para alcanzarla. Ya no es una meta nada más flotando en el aire, sino que se vuelve mucho más tangible.
Medible:
En el mundo financiero esto es muy sencillo; simplemente debes establecer el monto de dinero que quieres ahorrar, invertir, ganar, etc.
Para nuestro ejemplo anterior, sería agregar a la meta un monto específico como $300,000.
“Juntar $300,000 para comprar un Mazda 2”
Alcanzable:
Si te pones una meta totalmente fuera de tus posibilidades, lo único que va a ocurrir es que te vas a desanimar cuando te des cuenta que no estás haciendo el suficiente progreso como para alcanzarla.
Por ejemplo, si tu meta es juntar $300,000 para un Mazda 2, pero apenas estás estudiando y no tienes empleo… pues quizás será muy complicado irte acercando a ella. Da igual que tan bien establecida esté la meta, si no es realista no va a funcionar.
Relevante:
Esto se refiere a que la meta realmente sea importante para ti. Que te asegures que no es una meta por impresionar o complacer a alguien más.
¿De verdad quieres ese Mazda 2 porqué te gusta y te va servir para lo que necesitas? En caso afirmativo, esto te dará todavía más motivación para cumplir con las acciones que te lleven a tener éxito con esta meta.
Tiempo definido:
Cualquier meta debe tener un plazo específico para cumplirse. Por ejemplo, “juntar $300,000 para comprar un Mazda 2 dentro de 3 años”.
Hacer esto, por si solo empieza a darte las primeras señales del plan que vas a necesitar para cumplir tu meta.
Ya que tienes tus metas financieras definidas con el método S.M.A.R.T., lo siguiente que podrías hacer es dividirla en alguna de las 3 categorías:
- Metas a corto plazo (metas para los siguientes 12 meses)
- Metas a mediano plazo (de 1 a 7 años)
- En este punto ya deberías empezar a considerar la inflación. En 3 años, esos $300,000 quizás ya no te alcancen para el Mazda.
- Metas a largo plazo (7 años o más)
- Aquí ya puedes empezar a considerar los rendimientos que van a generar tus inversiones, por lo que no todo el dinero tendría que salir de tu bolsa.
2. Tus prioridades están desalineadas
Podría pasar que, aunque ya hayas definido todas tus metas con el método SMART, quizás no están alineadas con tus prioridades de este momento.
Por ejemplo, yo recuerdo que hace algunos años yo quería comprarme un coche. Mis ingresos eran buenos, me iba a facilitar mucho la vida y “podía permitírmelo”. Sin embargo, tambien tenia como meta incrementar mis inversiones para así acercarme a la libertad financiera.
Estas dos metas, ya de entrada, suenan incompatibles, o me enfocaba en una o en la otra. Y es en ese momento donde debía decidir cuál era mi prioridad… aunque no era tan facil.
La decisión racional era seguir con mis inversiones para ir creciendo mi patrimonio, pero la emocional era comprar un auto para facilitarme la vida y encajar con mis amigos.
Afortunadamente en un punto pude alinear ambas metas. En mi cabeza se me hacía ridículo el gastar $200,000 en un coche si no tenía ni siquiera esa cantidad invertida.
Haber entendido esto y establecer mi prioridad principal, hizo que a su debido momento, ya que tenía más dinero invertido, ahora si pudiera ir a comprarme mi coche. Al final conseguí los dos objetivos, pero lo importante fue llegar a la conclusión de que debía perseguirlos en orden de importancia.
3. No tienes paciencia
La tercera razón por la cual podrías no estar consiguiendo tus objetivos financieros es que no tienes paciencia. Queremos el coche hoy, la casa mañana y la libertad financiera para dentro de un año.
Esto muchas veces ocasiona que no sigamos el plan, aunque esté muy bien definido.
Quizás en lugar de ahorrar $1,000 al mes durante 24 meses para comprar el nuevo iPhone, te gana la impaciencia, lo pagas con tarjeta de crédito… y terminas pagando intereses (el impuesto por la impaciencia).
Y si lo piensas no tiene sentido cambiar un plan que casi tienes la certeza que vas a poder cumplir, por un impulso que te permita tener el celular hoy, pero pagando quizás $1,000 durante 36 meses en lugar de 24.
La impaciencia sale cara.
4. No tienes educación financiera
Si eres joven, diría menos de 25 años, entonces puede que no sea tu culpa. A fin de cuentas nadie nos enseñó esto en la escuela. Sin embargo, esto no nos quita la responsabilidad y por lo tanto hay que aprender sobre el tema.
Si ya tienes más de 25… tampoco es tu culpa no haberla aprendido en la escuela, pero ya es tu culpa no haber aprendido por tu cuenta.
Por ejemplo, es tu responsabilidad aprender cómo usar correctamente una tarjeta de crédito antes de pedir una. O si no has pedido una, es tu responsabilidad conocer los beneficios y riesgos de tener una.
También ahora es tu responsabilidad aprender cómo ahorrar tu dinero de forma efectiva, no dejándolo debajo del colchón, donde podrían robárselo, quemarse o algo que le pasa a todo el dinero que se queda quieto… pierde valor en contra de la inflación.
Al contrario, deberías aprender a invertir tu dinero. Y no, no es necesario conocer absolutamente todas las alternativas y volverte un experto en el tema. Puedes empezar por aprender a identificar aquellas inversiones que no están reguladas y que podrían ser estafas.
Quizás tambien saber qué rendimiento es realista. Por ejemplo, en este momento los CETES (la inversión más segura de México), están pagando 11%.Por lo tanto es realista pensar que mi dinero podría crecer a un 12%-15% de rendimiento anual con otras inversiones más arriesgadas.
Pero en el largo plazo, cuando ese 11% de CETES baje, entonces un 15% de rendimiento podría ser demasiado ambicioso y si lo tomas en cuenta como parte de tu plan para alcanzar cierta meta… puede ser que no lo logres.
El punto es que la educación financiera será lo que te ayude a tomar mejores decisiones.
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5. No tienes un plan
Si ya tienes bien definida una meta, como el ejemplo de los $300,000 para comprar un Mazda 2 en 3 años, está alineada con tus prioridades, vas a tener la paciencia para seguir el plan y vas a educarte financieramente para saber cuáles son las mejores opciones que te ayuden a conseguirla… entonces ahora sí toca crear el plan específico hacia cada meta financiera.
El plan son los pasos que debes seguir en tu día a día.
Quizás defines que vas a viajar en transporte público en lugar de taxi para ahorrar $50 al dia, dedicar 1 hora diaria a trabajar en un proyecto que te pueda generar más ingresos o tomar un curso que te enseñé qué hacer con el dinero que vas juntando para que crezca más rápido.
Esos ya son pasos concretos que te ayudarán a conseguir tus metas. Dejan de ser solo ideas en el aire y lo vuelves un camino que, si tienes la disciplina y paciencia, va a terminar llevándote al objetivo
Por ejemplo, en este artículo te comparto un plan detallado para que puedas retirarte con $5,000,000.