Vamos a hablar de los dos tipos de inversiones con los que te toparás cuando empiezas a invertir (hablo de dos tipos generales de inversión, en cada uno de ellos encontrarás tipos de activos en particular). Pero creo que es importante considerar las diferencias entre estos dos para entender cómo es que tus inversiones te pagarán rendimientos.
Estos dos tipos de inversiones son:
- Inversiones de Renta Fija
- Inversiones de Renta Variable
Y más allá de sus nombres —que aunque no lo parezca podrían ser algo confusos— lo que significa es esto:
Inversiones de Renta Fija
Las inversiones de renta fija definen una tasa de rendimiento que te van a pagar cuando inviertes en ellas. Y el ejemplo perfecto son los préstamos que podemos hacer al gobierno, a empresas o personas. Por ejemplo, al gobierno podemos prestarle dinero y a cambio nos prometerá una tasa de rendimiento fija (digamos 7% anual).
Y listo, desde que le prestamos el dinero al gobierno ya sabemos cuando y cuánto dinero recibiremos. Si invertimos $100 a esa tasa anual, durante el año completo, quiere decir que tras 1 año tendremos 107% de nuestra inversión, es decir $107.
Pero si hay que aclarar algo en este tipo de inversión, el hecho de que sea una tasa fija significa que cuando tu haces la inversión ya sabes la tasa, pero no significa que la tasa siempre será la misma.
Déjame explicarlo:
- Si hoy le prestas $100 al gobierno te puede decir que la tasa fija es de 7% y esa es la tasa que te pagará para esos $100
- Pero mañana es probable que la tasa sea diferente. YA NO CAMBIA PARA LOS $100 QUE INVERTISTE AYER, pero si hoy quieres prestarle otros $200, es probable que te diga que ahora la tasa es distinta:
- Puede ser menor (digamos que 6.9%) y esta tasa aplicará a los $200 que inviertas hoy, pero los $100 que invertiste ayer seguirán a 7%.
- Puede ser mayor (digamos de 7.1%) que se aplicará a la inversión de hoy, la de ayer seguirá en 7%.
Inversiones de Renta Variable
Las inversiones de renta variable, por el otro lado, nunca definen una tasa de rendimiento, sino que este dependerá del comportamiento de la inversión. El ejemplo perfecto de inversiones de tasa variable son las acciones. Si compras una acción de una empresa, la forma en la que puedes generar rendimientos es sobre el cambio en el precio de esa acción, no a través de un pago que te realice la empresa.
Por ejemplo, si compras una acción de Starbucks en $1,500 hoy, y dentro de un año esa misma acción ahora vale $2,000, tu inversión habría crecido 33%, pero no hay forma de saber cuánto valdrá esa acción en el futuro. Podría ser que al siguiente año solo suba a $2,100, y al siguiente hasta baje a $1,900. Por eso se denomina renta variable, siempre será distinta, un año podrías ganar 33% con tu inversión, y al solo ganar 5%, ¡o perder!
Esta, por cierto, no es la única forma en que puedes ganar al invertir en acciones, sino que también puedes recibir dividendos, pero eso es un tema para una publicación completa en el futuro. Si no te lo quieres perder, considera suscribirte a mi newsletter semanal:
Los riesgos
Por su naturaleza, las inversiones de renta fija suelen ser más seguras, aunque aún existe el riesgo de que no te paguen la tasa prometida, generalmente podemos contar con recibir la renta. Claro que hay de inversiones a inversiones, aunque prestarle a Juanita a 15% anual sea renta fija, es mucho más riesgoso que prestarle al Gobierno de México.
Las inversiones de renta variable, por el otro lado, son más riesgosas, no sabemos cuánto pueden generar, pero esto mismo las hace atractivas para los inversionistas que quieren acceso a inversiones con mayor potencial. Una inversión de renta fija nunca te regresará más de lo que te prometió, pero una de renta variable no tiene límites de retorno. Claro que esto no significa que hay que meter todo nuestro dinero en una acción por si sube 1000%. Todo con medida.
Los Impuestos
Otro punto a considerar es el hecho de que debemos declarar los ingresos por los rendimientos de nuestras inversiones de renta fija en cuanto lo recibimos, lo que quiere decir que hay que pagar impuestos.
Pero sobre activos de renta variable, solo debemos de declarar una vez que vendemos, si es que hubo rendimiento. Y sólo entonces pagar impuestos.
Por ejemplo, si le prestas $100,000 al Gobierno a 1 año a 7% anual, al final del plazo recibirás $7,000. Esos $7,000 ya son tuyos, ya los tienes, debes declararlos, y pagar impuestos sobre ellos.
Pero si tu inviertes esos mismos $100,000 en bolsa, tras un año digamos que tienes los mismos $107,000, PERO NO VENDES. Entonces, aunque tu inversión vale más en este momento, no has recibido las ganancias, por lo que no debes declararlas aún.
Esto tiene todo el sentido del mundo, porque digamos que inviertes esos $100,000 en 2020, y el 31 de diciembre de 2020, tras un año fenomenal, tus acciones valen $150,000. Si tuvieramos que pagar antes de vender, ya deberías declarar $50,000 rendimiento sobre el año fiscal 2020. Pero imagina que el 2 de enero la bolsa se cae y de pronto tu inversión solo vale $50,000. Hacienda aún te diría que le debes impuestos de $50,000 de rendimiento del ciclo pasado, a pesar de que nunca tuviste ese dinero. Entonces es sólo hasta que se venden las acciones que se calcula el rendimiento obtenido y podemos declararlo para pagar los impuestos.
Esta es una de las razones por las que invertir a largo plazo es tan recomendable, ¿otras razones? esas son para otro artículo futuro.
Interesante articulo Eduardo,
Sobre la retencion de impuestos para renta variable tengo duda sobre el siguiente escenario.
Supongamos que vendo acciones en donde el valor de estas es menor al valor del que cuando los compre (ya se, eso no es sentido comun pero supongamos que alguien lo hace) ¿Como se calcular la retencion de impuestos si en realidad hubo perdida de ganancia o no aplica para este caso?
Gracias de antemano.
No hay rendimiento entonces no pagas impuesto, en este caso puedes declarar pérdidas y tu base grabable es mejor.