Hace poco estaba releyendo “La Psicología del dinero” de Morgan Housel, y menciona algo muy real: Las decisiones financieras no se toman en una hoja de cálculo, se toman en la mesa donde comes. Las grandes decisiones financieras se toman platicando, se toman en el momento en que decidimos hacer algo con nuestro dinero.
Es por esto que debemos tener ciertas reglas fáciles de recordar, que nos ayuden en esos momentos en que vamos a tomar alguna decisión financiera.
#1. La Regla de los 3 Días
Esta regla establece que, cada vez que quieras comprar un nuevo artículo que no estuviera en tus planes, te esperes al menos 3 días antes de realizarla. ¿Por que? Bueno, esto te ayudará a no hacer compras por impulso. Quizás vas caminando en un centro comercial y ves alguna prenda, televisión o incluso un auto que te dan ganas de comprar. Sin embargo, podría ser que no lo necesites y solo sea un impulso en el momento que puede afectar tus finanzas.
Para evitar esto, no hagas la compra en el momento, sino espera 3 días para ver si sigues queriendo el artículo.
En la mayoría de los casos, después de 3 días ya ni te acordarás de lo que querías comprar. Pero si pasa lo contrario y el sentimiento sigue ahí, quizás es porque de verdad lo quieres y podrías decidir comprarlo… siempre y cuando entre en ciertos parámetros que podemos definir con la siguiente regla.
#2 La Regla de las 4x^2
En pocas palabras, esta regla define que solo deberíamos comprar aquellas cosas que son nuestra prioridad, y que podríamos pagar dos veces.
Supongamos que ya pasaron los 3 días y todavía queremos comprar cierto artículo. En ese caso el siguiente paso sería filtrar si está dentro de nuestras 2 o 3 prioridades en las que nos gustaría poder gastar sin remordimiento. Claro, al mismo tiempo esto nos hace ser más conscientes de NO gastar en aquellas cosas que no son prioritarias para nosotros.
Por ejemplo, si decidí que mis dos prioridades son viajar y pasar el tiempo con mi familia, entonces la siguiente vez que tenga la tentación de gastar en un celular o una televisión, sabré que no debería hacerlo. Pero ademas, incluso si un artículo es una prioridad para ti, debes asegurarte que puedes pagarlo dos veces.
De esta forma, una vez que hagas la compra, podrás destinar el mismo monto a tus inversiones y así estarás creciendo tu portafolio al mismo tiempo que puedes disfrutar tu dinero en lo que es más importante para ti. Digamos que es un viaje con mi familia que costará $50,000, entonces debería tener en total $100,000 para poder hacerlo, o en su defecto, buscar un viaje que me cueste $25,000.
#3 La Regla del 50%
Esta regla define que debemos ahorrar el 50% de todos los futuros aumentos que tengamos. De esta forma, incluso si a día de hoy estamos ahorrando $0 al mes, a partir de nuestro siguiente aumento será muy fácil elevar esa cantidad ¡al mismo tiempo que podemos gastar un poco más! Digamos que tengo un suelo de $15,000 y en este momento no ahorro nada…pero me van a dar un aumento de $2,000. En ese momento podré empezar a ahorrar $1,000 al mes, y podré gastar $16,000 en lo que quiera/necesite.
El objetivo es hacerlo con cada aumento que tengas, y así siempre estarás incrementando tu ahorro, al mismo tiempo que disfrutas una parte del dinero extra que ganas.
Este regla podrías tomarla en cuenta para que solo sea con el porcentaje de tu aumento después de restarle la inflación. Porque, por ejemplo, si este año te dieron un aumento de 10% pero la inflación fue del 10%… entonces realmente tu poder económico no creció.
#4 La Regla del 110
Así como la anterior, esta quizás tampoco es una regla que utilizaríamos todos los días, pero es muy útil para saber de una forma fácil y rápida cómo podrías estar invirtiendo tu dinero.
La forma en que funciona es que a 110 debes restarle tu edad, para así saber que porcentaje deberías estar invirtiendo en acciones y cuanto en deuda gubernamental u otro instrumento seguro. Por ejemplo, si tengo 30 años entonces sería 110-30=80. El 80% de mi portafolio debería estar invertido en acciones, mientras que solo el 20% en deuda gubernamental.
Y cabe recalcar que cuando digo invertir en acciones, no me refiero a invertir en acciones individuales. Mi recomendación es que inviertas a través de índices, los cuales invierten al mismo tiempo en decenas o cientos de acciones, y de esta forma disminuyes considerablemente el riesgo. Si a una de esas empresas le va mal, no te afectaría demasiado porque es una parte muy pequeña de tu portafolio.
Históricamente, uno de los mejores índices para invertir ha sido el S&P 500, el cual invierte en las 500 empresas más grandes en Estados Unidos. En México puedes invertir en él si compras VOO, el cual cobra una comisión de solamente 0.03%.
Es importante tener en cuenta que esto es para invertir en el largo plazo. No inviertas en acciones si no las vas a poder mantener ahí, por lo menos, durante 7 años. Por otro lado, para invertir en deuda gubernamental desde México lo puedes hacer a través de cetesdirecto.com, y comprar BONOS a 3, 5, 10, 20 o hasta 30 años.
Toma en cuenta que esto es solo un punto de partida fácil y rápido, pero que se puede adaptar según el riesgo que cada persona quiera correr.
#5: La Regla del 5%
Esta regla define que hasta el 5% de nuestro portafolio puede ser destinada a cualquier inversión que se nos ocurra. Y es muy útil sobre todo cuando nos gusta estar informados en el mundo de las inversiones y quizás vimos que tal empresa o tal activo ha estado creciendo mucho últimamente. En lugar de cometer el error de caer en el FOMO, vender nuestro portafolio e invertir todo nuestro dinero en esa “oportunidad”, mejor solo invertimos hasta un 5% para quitarnos la tentación.
Si le sigue yendo bien a la inversión, perfecto, ya la estamos aprovechando con una parte de nuestro portafolio, pero si le va mal, no importa porque es una pequeña parte. Criptomonedas, Inteligencia Artificial, cierta acción que ha subido mucho de precio… tienes libertad para invertir en lo que quieras.
Conclusión
Este tipo de reglas son fenomenales porque quitan todo el peso de encima de tener que tomar decisiones financieras al momento. Tenlas en cuenta, y créeme, te vas a ahorrar muchos dolores de cabeza y tus finanzas irán mejorando de forma casi automática.
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