“Reducir gastos” está ARRUINANDO tus finanzas

Reduce tus gastos. Esta es una de las recomendaciones que con más frecuencia escuchamos cuando queremos mejorar nuestras finanzas:

“No te compres lates, no salgas al cine, deja de pagar Netflix, no compres el nuevo iPhone, no vayas a ese concierto” y como estas, cientos de recomendaciones más.

Agotador, ¿no? Pero de cualquier forma suena a que debemos hacer caso. Tiene sentido, si no gastamos en esas cosas tendremos más dinero para ahorrar y nuestras finanzas se fortalecerán poco a poco.

Podría ser, pero en este artículo te voy a compartir dos razones por las que intentar reducir tus gastos está arruinando tus finanzas.


#1 – Porque es el enfoque incorrecto

Intentar reducir nuestros gastos no es en lo que nos deberíamos enfocar cuando intentamos mejorar nuestras finanzas, lo correcto es enfocarnos en aumentar nuestros ingresos.

Imagina que ganas $20,000 al mes pero también gastas $20,000, es decir, siempre quedas en ceros. Sin embargo, el siguiente mes haces maravillas y logras ahorrar $6,000, el equivalente al 30% de tu ingreso.

¿Y ahora qué? Intentar reducir tus gastos más allá de ese 30% sería tremendamente difícil.

Pero ahora imagina esta otra situación: ganas $20,000 y gastas $20,000, pero el siguiente mes te enfocas en aumentar tus ingresos y mágicamente ganas un 30% más.

Esta vez puedes seguir gastando exactamente los mismos $20,000 y aun así tendrías $6,000 para ahorrar. Además de que no hay ningún techo, puedes seguir trabajando para incrementar tus ingresos tanto como lo desees.

Claro, incrementar tus ingresos no es fácil, ¡pero tampoco lo es reducir tus gastos!

Este artículo te podría servir: SIDE HUSTLES que te harán GANAR DINERO desde este mes.

Ahora, NO intentar reducir nuestros gastos suena como un consejo parcialmente malo; podríamos enfocarnos en ambas cosas, ¿no?

Bueno, eso me lleva al segundo punto.

#2 – Porque gastas tu fuerza de voluntad

En su libro Willpower, los autores Roy Baumeister y John Tierney explican que la fuerza de voluntad es como un músculo que se cansa cada que resistimos tentaciones, e incluso se va agotando con cada decisión que tomamos.

Resulta que hay una región del cerebro llamada corteza cingulada anterior que es la responsable de monitorear conflictos y nos ayuda a tener auto control. Bueno, resulta que mientras usamos nuestra fuerza de voluntad para 1. tomar decisiones y 2. resistir tentaciones, las señales emitidas por esta corteza cingulada anterior son más débiles, haciendo que tengamos más problemas controlando nuestras reacciones.

Esto es fascinante para los geeks interesados en psicología o neurociencia, ¿pero cómo se ven los efectos en la vida real?

Uno de los autores del libro Willpower hizo un experimento con algunos estudiantes de universidad a quienes les había pedido ayunar. Estos estudiantes llegaron hambrientos a un laboratorio que olía a galletas con chispas de chocolate y les pusieron enfrente galletas con chispas de chocolate, dulces, y rábanos.

A un grupo de esos estudiantes de les dijo que podían comer lo que quisieran (por supuesto que comieron las galletas y los dulces)

Al otro grupo se les dijo que no podían comer más que rábanos. Cruel.

La parte interesante del experimento fue lo que siguió después; los estudiantes tenían que intentar resolver un problema que estaba diseñado para no tener solución. Solo querían probar la fuerza de voluntad de los alumnos, ¿Cuánto tiempo trabajarían antes de darse por vencidos?

Los estudiantes a quienes les fue permitido comer las galletas y el chocolate trabajaron en promedio 20 minutos en el problema.

¿Y los estudiantes que solo podían comer rábanos? ¡solo 8 minutos! Una diferencia gigante.

Además, esta debilidad en la respuesta de la región del cerebro que mencionaba, la corteza cingulada anterior, no solo disminuye nuestra fuerza de voluntad, sino que aumenta nuestras ansias y antojos. Vaya forma de nuestro cerebro para auto-sabotearnos.

Esto significa que tenemos menos fuerza de voluntad para:

  • Ahorrar parte de nuestro ingreso
  • Trabajar en nuevos proyectos

Y por si fuera poco, somos más susceptibles a cosas como:

  • Compras compulsivas
  • Ceder al antojo de una pizza

Nuestro cerebro nos ataca por dos lados que arruinan enormemente nuestras finanzas.

La solución

Si la falta de fuerza de voluntad se interpone en nuestro camino para mejorar nuestras finanzas, tenemos dos opciones:

  1. No gastar nuestra fuerza de voluntad
  2. No necesitar esa fuerza de voluntad

Sí, leíste bien, podemos no necesitar en lo absoluto esa fuerza de voluntad. Me explico.

En su libro Hábitos Atómicos, el autor James Clear comparte una recomendación que nos puede ayudar:

Adaptar nuestro entorno para ayudarnos a crear hábitos. Y aunque el libro lo explica en el sentido de crear hábitos, pero lo importante es que, una vez creado el hábito, ya no necesitamos tomar decisiones, por lo que no gastaremos más fuerza de voluntad.

Elimina el proceso de tomar decisiones tanto como sea posible, haz que tu entorno te ayude a cuidar tus finanzas, por ejemplo:

  • No cargues tus tarjetas cuando salgas, solo un poco de efectivo en caso de emergencias
  • Elimina el número de la pizzería, la app de Uber Eats, etc.
  • Mantén tu consola de videojuegos desconectada y guardada en su caja, y los instrumentos que usas para generar nuevas fuentes de ingreso fácilmente accesibles.

Así es como irás diseñando tu entorno para que trabaje para ti sin tener que gastar fuerza de voluntad, y así puedes enfocarte en las cosas que mejorarán tus finanzas.

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