3 RAZONES por las que GASTAS de más

Hablemos de 3 razones por las que gastas de más. Porque ¿alguna vez te ha pasado que, por ejemplo, vas por tortillas y cuando regresas te das cuenta que también te compraste un refresco y unas papas? ¿O quizás fuiste al supermercado y terminaste gastándote $500 pesos de más, sin saber ni siquiera en qué? ¿O tal vez, incluso teniendo un presupuesto súper estricto, al final del año terminaste con el celular más nuevo del mercado?

Desde las cosas más pequeñas hasta las más grandes, lo cierto es que a los humanos muy comúnmente nos pasa que gastamos más dinero del que pensamos, y estas situaciones pueden tener un impacto muy negativo en nuestras finanzas personales.

En este artículo te hablaré de 3 razones principales por las que nuestro cerebro nos hace gastar de más, y cómo con simplemente conocerlas podremos hacerles frente la próxima vez que se nos presenten.

1. Parcialidad a las recompensas inmediatas

La primera razón, aunque no necesariamente la más importante, es que nuestro cerebro ha evolucionado para preferir las recompensas inmediatas a las recompensas futuras, incluso cuando las recompensas futuras pueda ser mucho mayores.

Y tiene sentido, nuestro cerebro evolucionó de esa forma hace miles y miles de años, y lo hizo en una época en la que los humanos estábamos expuestos constantemente a muchísimos peligros. Un tigre nos podía matar mientras caminábamos de regreso a casa, entonces qué sentido tendría molestarnos en esperar una recompensa dentro de 1 o 10 años si podríamos ya no estar vivos para recibirlas.

Esa evolución fue muy efectiva en su momento y nos mantuvo con vida, pero ahora los riesgos son mucho menores y seguimos teniendo el mismo cerebro. Por esta razón preferimos una recompensa inmediata, como comprar ropa nueva, comprar un nuevo auto, comprar un celular, lo que sea, ¡pero comprar ahora! Nuestro cerebro no piensa en ahorrar para después.

El hecho de que nuestro cerebro haya evolucionado de esta forma no significa que todo está perdido, ya que también evolucionó para tener un lado racional.

Esto es a lo que Daniel Kahneman describe en su libro Pensar Rápido, Pensar Despacio como el sistema lento, deliberado y lógico de nuestro cerebro. El problema es que este sistema lento debe pelear contra el sistema rápido, intuitivo y emocional que prefiere las recompensas inmediatas.

Solución

La solución a esto es relativamente sencilla, cada que vayamos a hacer una compra hay que hacer una pausa para darle tiempo al sistema lento de tomar el control de la decisión. Esto te ayudará a considerar los riesgos y las recompensas de ese gasto a corto plazo, contra los riesgos y las enormes recompensas de mejorar nuestros ahorros e inversiones a largo plazo.

2. Queremos impresionar a otros

La segunda razón por la cual solemos gastar de más es que queremos sentirnos importantes, queremos ser admirados, y gastar en cosas materiales suele ser una forma rápida para que PENSEMOS que lo somos.

Pero esto no suele ser más que una trampa. Por ejemplo, decimos que queremos ser millonarios cuando realmente lo que queremos es gastar un millón de dólares, que es literalmente lo opuesto a ser millonarios.

Te pondré como ejemplo la paradoja de la persona en el auto, mencionada en el capítulo 5 del libro The Psychology of Money:

Esta paradoja habla de una persona que va manejando su auto deportivo, se va sintiendo importante, admirada, ve que las personas voltean a verla, ¡pero en realidad las personas en la calle están volteando a ver el auto!, ni siquiera prestan atención a quien lo va manejando.

Además, recuerda que alguien manejando un auto de un millón de pesos, claro, podría ser multimillonario, pero realmente la única pieza de información que nosotros tenemos es que ahora esa persona tiene un millón de pesos MENOS que antes, porque se los gasto en un auto, o peor aún, tiene un millón de pesos MÁS DE DEUDA.

La riqueza verdadera está en los autos deportivos NO adquiridos, en los diamantes NO comprados, en los relojes NO usados. La riqueza son los activos financieros, cuentas de ahorro, inversiones, etc., que aún no son convertidos en cosas materiales que podemos ver.

Por supuesto que esto no quita el hecho de que sintamos la necesidad de competir e impresionar a las personas con las que nos comparamos. ¡Y esto es crucial!, las personas con las que nos comparamos usualmente son personas cercanas a nosotros. Piénsalo, no nos sentimos mal ni sentimos envidia cuando Bill Gates se compra un nuevo yate, básicamente porque Bill Gates no es alguien con quien nos comparemos (al menos de que seas Carlos Slim, en cuyo caso no se que haces leyendo este artículo, tú puedes gastar todo el dinero que quieras).

Pero regresando al tema, nosotros solemos compararnos con nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo, y por ejemplo, si nuestro compañero de trabajo, quien tiene un puesto similar al nuestro, se acaba de comprar un auto nuevo, nos preguntamos cómo es que nosotros no podemos hacerlo si ganamos una cantidad parecida. Esto me lleva al siguiente punto.

3. Nos sentimos pobres

Al compararnos con otros y sentir que nuestro dinero no nos alcanza para lo mismo que ellos compran, y que al contario, debemos limitar nuestros gastos y ponernos barreras constantes, nos hace sentir pobres, como que nunca tenemos suficiente dinero.

Esto obviamente aplica para quienes tenemos la fortuna de poder cubrir nuestros gastos necesarios en comida, albergue, salud y transporte, y que a pesar de tener ingresos que nos ponen sólidamente en la clase media, llegamos a sentirnos tremendamente privados de dinero.

En estos casos el problema no es la falta de ingreso, sino la falta de educación financiera. Ingresos de $40,000, $80,000 o $1,000,000 de pesos al mes no te darán tranquilidad financiera si tus gastos son iguales (o peor aún, mayores) a tus ingresos.

Teniendo esto en cuenta, la respuesta no está en el extremo de privarnos de toda compra innecesaria. Por dos razones:

  1. Si a una persona que ha vivido en el extremo de gastar todo su ingreso, quizás endeudarse tremendamente al punto que no puede cubrir los pagos mínimos, se le animara a pasar al otro extremo —al extremo de no gastar nada— lo más seguro es que ni lo intentaría. El objetivo está tan lejano que parece ridículo. Un progreso rápido pero de pasos pequeños hacia unas mejores finanzas sería una mejor solución.
  2. Pero más en relación a este artículo sobre por qué gastamos de más, aunque no nos encontremos en ese extremo de tremenda deuda, apuntar a privarnos de todo gasto innecesario agotará nuestra fuerza de voluntad.

Este es un tema que he estado investigando y aterrizando de unos meses para acá, pero en lo que tengo el panorama completo te puedo compartir lo que dice Shannon Lee Simmons en su libro: Dinero Libre de Preocupación.

“Entre más intensa y frecuentemente sentimos el deseo de gastar de más, más pobres nos sentimos, porque tenemos que decir que no cada vez más seguido. La vida diaria empieza a sentirse como una dieta a base de lechuga, y eventualmente verás una pizza y te la comerás toda.”

A lo que se refiere es que, por ejemplo, nos vamos a convencer de que hemos ahorrado por tanto tiempo que nos merecemos hacer un gasto enorme, cosa que no hubiera pasado en caso de no haber agotado nuestra fuerza de voluntad. Esto es lo que la autora llama “Momentos me vale” (mas o menos esa es la traducción) . Esos momentos en que nuestra fuerza de voluntad ya se ha agotado, y no tenemos mas fuerza para resistir una compra, y nos comemos la pizza completa.

Por eso, gastar de menos puede ser tan peligroso como gastar de más.

La solución final

La verdadera solución es un balance. Shannon Lee Simmons te lleva de la mano en su libro para que llegues a un punto en el que gastes sin culpa, esto con la ayuda de un “no-presupuesto”. O Ramit Sethi, autor del libro I Will Teach You To Be Rich lo expresa en términos de gastar sin culpa en las cosas que amas, y cortar gastos sin piedad en las cosas que no.

Lo que podrías hacer a continuación es sentarte y escribir todas las cosas en las que has gastado en los últimos meses, después anota cuales de esas compras de verdad te hacen feliz, y cuales son cosas que compraste simplemente por impulso.

Esto te ayudará a solucionar el punto de compararte con los demás, de ahora en adelante sabrás que esas personas quizás recortaron gastos en otras cosas y decidieron gastar su dinero en un nuevo auto, algo que es importante para ellos. Además reducirá considerablemente los “momentos me vale” de los que hablamos en este artículo.

Si te gusto este artículo también deberías leer: 6 Plataformas que te Ayudarán a Generar Ingresos Pasivos